Nos conocimos hace un año, cuando la pareja se puso manos a la obra con los preparativos de la boda. Buscaban una fotos de boda sin los típicos posados, querían una preboda muy natural, encajamos perfectamente con ellos.
La historia de Manu y Noemí comenzó en un gimnasio porque él era su monitor. Para sobrellevar la rutina y constancia, que acarrean las disciplinas deportivas, nuestros novios empezaron a quedar para conocerse mejor. Se tomaron su tiempo para que apareciera la palabra «boda». Y aquí les tenemos, a tan solo unas semanas de la fecha pactada, emocionados por el paso que van a dar.
Hablé con Manu durante la semana para pactar el sitio y la hora, para asesorarle con el vestuario y transmitirles tranquilidad. Vinieron con nervios, normal, algo tensos ante lo desconocido. La preboda de fotos supone la recta final de los preparativos, es un paso importante. Las caras de susto desaparecieron en los 5 primeros minutos. Con mi «método» consigo que las parejas se muestren naturales, que muestren su esencia, más adelante te contaré cual es la clave.
Las parejas me contratan para tener un recuerdo profesional y de calidad, unas fotos bonitas en las que se vean reflejados. Manu es aficionado a la fotografía, sabe apreciar el trabajo que hay detrás de estas imágenes y ambos colaboraron perfectamente moviéndonos en las direcciones que nos iba marcando la luz de la tarde.
El famoso «método» empleado en esta preboda natural se basa en transmitir confianza, dar con la tecla de nuestra pareja para que se sienta cómoda, dejen atrás miedos y vergüenzas, y se muestren como son.
Una fotografía no consigue traspasar si el que la hace no la siente.